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Pasamos lista

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Pasamos lista

Saludos a todos. Es mi primera experiencia bloguera, e imagino que, además de darles, o daros (me llevo mejor con el tuteo), o darnos, la bienvenida quizá deba presentarme. Soy Javier López, experiodista y profesor de Secundaria de Lengua castellana y Literatura, además de padre de una maravillosa hija de tres años.
Desconozco las expectativas con las que se puede acercar alguien a un blog, y más concretamente al blog de un profesor de esos que se cuentan por miles. Sean cuales sean, y como percibo una tremenda querencia a esto de las listas en los formatos digitales, utilizaré una de ellas para presentarme y exponer lo que puedo y quiero ofrecer en este lugar de encuentro.
1. No tengo la llave que abre todas las puertas. Hasta ahora, en conversaciones informales sobre mi labor o mi trabajo, me limito a exponer lo que me funciona y lo que no, y casi siempre gana lo segundo. El trabajo del docente lo entiendo como una continua sucesión de ensayos y errores. El alumnado no tiene el rango de cobaya, pero en el intento de amoldarme a cada uno de ellos, a cada clase, la única opción es probar y, desde ahí, desechar o incorporar estrategias.
2. La base de mi trabajo es la implicación con el alumnado. Como me dijo una vez un maestro de mi infancia, nos codeamos con personas, no con salchichones. El trabajo asistencial, y este lo es, nunca puede dar de lado el componente humano.
3. El respeto es la única norma que no se debe infringir. Respeto hacia los adolescentes, entiéndase. Y no está de más advertirlo. En no pocas ocasiones, nosotros, los profesores, solemos llenarnos la boca pidiéndoles esto y, a la vez, exhibiéndoles un desdén en mi opinión pernicioso.
4. No soy corporativista. En este trabajo que realizo, como en cualquier otro, hay buenos y malos profesionales. No me gusta defender a estos últimos solo porque compartamos profesión. No creo que sea diferente a cualquier otra actividad, tanto pública como privada. Si no, basta con que cualquiera repase la nómina de compañeros de trabajo, clientes o proveedores. Encontrará gente detestable y otra competente al máximo. ¿Por qué no iba a ser así en la docencia?
5. La burocracia nos está acribillando. Vivimos bajo el yugo del papeleo. Informe para esto, memoria para lo otro… Se coarta el componente creativo, visceral a veces. Lo considero primordial para el desarrollo eficiente de nuestra labor, aunque suene a improvisación.
6. Desempeñamos una labor crucial. Sí. Valoro la función que realizamos en cada centro educativo. Salva vidas, aunque suene tremendista o soberbio.
7. Sin familias detrás, fracasamos. Un tópico, quizá, pero cierto. Rara vez me sorprendo al conocer a los padres de un alumno, porque este suele ser la prolongación de sus progenitores. Con todo, admitamos las excepciones.
8. “¿Por qué?” debería ser la pregunta que moviera el aprendizaje. Da igual la materia, da lo mismo el contenido. Argumentar lo entiendo como un elemento clave. Elimina el capricho y nos coloca ante nuestra realidad de seres reflexivos y, a la vez, curiosos. Además, está en nuestro ADN. Mi hija me lo demuestra cada día.
9. Creo fervientemente en el humor. Entiendo que es un rasgo muy personal, imposible de imponer a nadie con un carácter sobrio y una concepción seria de la vida. Pero reír no es irresponsable, ni merma nuestra labor, ni menoscaba el respeto. Al contrario, la sonrisa, la desdramatización, tiende puentes y genera implicación. En suma, no creo en el miedo como estrategia.
10. Esta será la primera y última lista. Lo siento, pero en mi mente y en mi experiencia el conocimiento no se encuentra tan parcelado y organizado. Soy incapaz de elaborar decálogos. Bendito el que pueda.
Javi López
Profesor de Secundaria de Lengua castellana y Literatura

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4 Comentarios

  1. Sonia

    Suscribo todo lo que dices, Javi, y si, en vez de a filósofos y pedagogos, los políticos consultasen a profesores como tú, que están en contacto con el aula y aman su trabajo, otro gallo nos cantaría en este sistema educativo.

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  2. Kiko

    Suerte tienen tus alumnos, creo, como tú que el buen profesor es el que se preocupa por algo más que cumplir el expediente, hay que motivar a cada alumno de una forma particular y siempre contar con el apoyo de la familia, pero claro, eso supone una implicación que muchos de tus colegas no están dispuestos a asumir, aunque hay otros que sí. Deseando fervientemente que mi hijo se tope con uno de los de tu tipo de implicación para que aprenda más cosas además de mates y lengua. Sinceramente creo que tenéis en vuestras manos un buen trozo de los cimientos del futuro de nuestros hijos y una de las profesiones más importante de la sociedad.
    Enhorabuena por tu implicación con tus alumnos.

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