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9 consejos prácticos para que los niños aprendan a tolerar la frustración

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9 consejos prácticos para que los niños aprendan a tolerar la frustración

Una consulta de los padres con la que me encuentro muy frecuentemente es qué hacer para que su hijo/a aprenda a que, a veces, las cosas no son cómo él/ella espera. O directamente me exponen que su hijo tiene baja tolerancia a la frustración.
Empecemos por hablar de qué es la frustración. Es una emoción que nace de la imposibilidad de satisfacer un deseo, o cuando nuestras expectativas acerca de algo no se ven cumplidas.
Todos nos hemos sentido frustrados alguna vez cuando las cosas no salen como querríamos. El “problema” no está, según los padres de estos niños, en que no tengan ocasiones para experimentar que a veces no pueden obtener todo lo que desean, sino en cómo responde el niño o la niña ante una situación de este tipo. (Ejemplo, querer ganar en un juego es algo muy normal en todos los niños, pero si responde de manera violenta cuando pierde ya sí que hablamos en este caso de baja tolerancia a la frustración). Hablamos de respuesta desproporcionada por ejemplo cuando observamos que demuestran su frustración a base de gritos, llantos, o incluso con agresividad, ya sea verbal o física.
Causas de la frustración en los niños

Las causas de la frustración en niños son muy diversas. Teniendo en cuenta que sucede por necesidades o impulsos no satisfechos, cualquier situación donde el niño no obtenga lo que desea puede ser desencadenante de esta respuesta emocional.
A estas alturas, muchos estaréis pensando en los padres o su “sobreproteccionismo” al hablar de las causas de que un niño o una niña pueda presentar comportamientos que indiquen baja tolerancia a la frustración. De tal manera que son precisamente los padres, y su afán por complacer a sus hijos, los que precisamente no les proporcionan esas situaciones en las que se tengan que enfrentar a la decepción, el enfado o la frustración de no conseguir algo. Sí que es cierto que esta sobreprotección puede ser una causa, pero no lo es en la mayoría de los casos. Es más bien una escasez de recursos de estos mismos padres a la hora de saber gestionar sus propias emociones y la de sus hijos, junto con otra serie de causas, las que llevan en algunos casos a no saber cómo plantar cara a estas situaciones.
Precisamente en esa línea, en la de poder ayudar con una serie de consejos básicos a los padres, es en la que estamos hoy.
Consejos para enseñar a nuestros hijos a tolerar la frustración

1. No podemos esperar que un niño se comporte como un adulto, o lo que es lo mismo, debemos tomar conciencia. Saber qué podemos esperar de nuestro hijo a cada edad nos ahorrará disgustos innecesarios. Nos vendría bien preguntarnos ¿le estoy exigiendo demasiado?
2. Establecer objetivos y fijar los límites en el hogar siempre teniendo en cuenta la edad del niño y su desarrollo (ejemplo: no podemos esperar que un niño de 2 años sepa anudarse el cordón de los zapatos, pero sí podemos ayudarle a ponérselos y que él mismo se abroche el velcro.) Empezar con metas pequeñas.
3. Servir de modelos a nuestros hijos, es decir, aprender nosotros como adultos a manejar nuestras propias emociones, nuestra frustración.
4. Acostumbrarnos a verbalizar la emoción será un buen comienzo para normalizar el hecho de que podamos hablar de nuestros sentimientos y nuestras emociones. Esto ayudará a los pequeños a poner nombre a lo que sienten, identificar sus emociones y aprender a expresarlas de manera natural.
5. Los niños necesitan satisfacer sus necesidades de manera inmediata, no saben esperar. Ayudémosles a cultivar la paciencia, ese don que tan a menudo perdemos en la labor de ser padres.
6. Permitámosle expresar su frustración cuando lo haga de forma adecuada, no debemos inhibir su expresividad. Hable con su hijo o hija y pregúntele cómo se ha sentido, qué le habría gustado que pasara, etc.
7. No evitemos esas situaciones en las que sabemos que puede haber una explosión de ira o de frustración, por ejemplo, no les dejemos ganar siempre. Tampoco es bueno el otro extremo, dejemos que algunas partidas o algunos juegos los gane él o ella, eso reforzará su autoestima y le empujará a seguir.
8. Podemos enseñar a nuestro hijo una forma alternativa para alcanzar el objetivo deseado. Cuando se pueda posible, dividiremos la tarea en pequeñas partes que pueda llevar a cabo de una en una.
9. También reforzar las respuestas adecuadas, es decir, elogiar cada vez que consiga no responder de manera violenta o agresiva o cuando logre dar una respuesta apropiada.
Y sobre todo, no olvidemos que la frustración en pequeñas dosis es positiva e incluso recomendable para el normal desarrollo del niño.
Elisa López
Psicóloga infantil y juvenil
10 en Conducta
psicologa@10enconducta.com
Consulta otros artículos de 10 en Conducta en La Diversiva.
Consulta la sección de psicología infantil con otros muchos consejos.
La fotografía del artículo está obtenida de la web del Centre Dial Andorra

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