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Adicción a nuevas tecnologías: ¿realidad o ficción?

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Adicción a nuevas tecnologías: ¿realidad o ficción?

En los últimos años se habla mucho sobre el (mal) uso que se hace de las nuevas tecnologías. La temida adicción a internet o a las redes sociales está en las conversaciones cotidianas. Muchas personas se preguntan qué hay de cierto en todo esto. ¿Tiene los padres y madres que proteger a sus hijos para que no caigan en esta adicción?

Adicción a nuevas tecnologías: ¿realidad o ficción?

Entre los propios profesionales existe a día de hoy un debate sobre si podemos considerar si existe o no la adicción a las nuevas tecnologías (ordenadores, tablets, smartphones, consolas, etc.). Para no entrar en un debate que se aleje de lo realmente importante, evitaré entrar en esta discusión y me centraré en algo que sí es claro. Existe un uso abusivo e inadecuado de las nuevas tecnologías por parte de muchos niños y adolescentes. Reconocer los síntomas y establecer pautas de uso adecuadas es fundamental para el desarrollo de los más jóvenes.

Mi hijo vive con el móvil pegado a su mano.
María describe a su hijo Daniel de 13 años como “un niño pegado a un móvil”. Su madre relata que pasa horas delante de la pantalla, no se sabe muy bien haciendo qué y que sus notas han empezado a bajar este trimestre. Por lo demás, Daniel es un chico sociable y respetuoso, que nunca ha dado problemas en casa ni en el centro escolar. A su madre le preocupa el uso del móvil pero no sabe cómo abordarlo. En las ocasiones que ha intentado abordar el tema la situación ha acabado en castigos y malestar emocional que acaba afectando a todos los miembros de la familia. María tiene dudas sobre cómo de importante es este problema y sobre qué tiene que hacer. No entiende a su hijo.
El desfase tecnológico.
Como a María, muchos padres y madres no entienden que sus hijos pasen horas ante una pantalla de ordenador, de teléfono móvil o de una videoconsola. Les cuesta comprender que, en lugar de estar jugando con los amigos en la calle, se encierren en casa a hablar con ellos por Skype, Discord o móvil, o se conecten a las redes sociales virtuales. ¿Están los padres tecnológicamente desfasados?
En cualquier época, a los niños y adolescentes les ha gustado jugar, salir y estar con otras personas. El motivo de que ahora lo hagan con menos frecuencia no solo está relacionado con la aparición de las herramientas tecnológicas sino con el cambio en el estilo de vida. Antes, los niños corrían por las calles y pasaban horas en el parque. Ahora los niños pasan las tardes en actividades extraescolares preparándose para su incierto futuro laboral. Las nuevas tecnologías les permiten relacionarse y jugar con otras personas en el momento en el que tienen un “hueco” o entre otras actividades. En este sentido encontramos grandes diferencias entre los niños de hace unos años y los niños de hoy.
Efectivamente, también se aprecia un desfase tecnológico entre los niños y los padres. Las aplicaciones, juegos y servicios tecnológicos cambian a la velocidad de la luz. Muchos padres desconocen los detalles sobre el tipo de actividades que llevan a cabo sus hijos cuando están delante de una pantalla. Si bien todos podemos entender qué significa, por ejemplo, “estoy hablando con mi amiga por Facebook” no todos pueden saber qué tipo de condiciones de privacidad tiene esta red social, qué tipos de datos incluyen los perfiles o cómo y a quién puedo hacerle una solicitud de amistad. Esto, hace que los menores se enfrenten a solas y con escasos conocimientos a un mundo tecnológico realmente complejo.
El uso inadecuado

El uso inadecuado de las herramientas tecnológicas tiene importantes efectos para el bienestar de los menores. Los estudios indican que una de las primeras áreas afectadas cuando se realiza un uso abusivo de las TICs es el sueño. El sueño es un proceso experiencial y fisiológico fundamental para las personas relacionado con diferentes funciones como la homeostasis sináptica, la activación inmunológica o la consolidación de la memoria.

Falta de conciencia sobre el tiempo
. “Mi madre dice que pierdo mucho el tiempo con el teléfono y que por eso saco peores notas. Pero no es verdad. Yo me esfuerzo como siempre cuando estudio”. El uso normalizado de diferentes aparatos tecnológicos hace que los jóvenes pierdan de vista el elevado número de horas que le dedican.
Muchos niños y adolescentes pueden tener respuestas emocionales intensas ante la limitación o prohibición del uso del móvil, el ordenador, la tablet o los videojuegos. Estas respuestas pueden ir desde el enfado y el llanto propios de la intolerancia a la frustración y al no, hasta la ansiedad y la angustia por estar “desconectado”. Este tipo de reacciones deben poner sobreaviso a los padres de que algo va mal. Especialmente si estas respuestas suponen un cambio, una diferencia con la forma en la que habitualmente el niño o niña reaccionaba.
Cambios en el rendimiento escolar. El uso de las nuevas tecnologías afecta al rendimiento escolar en tanto que distraen a los niños y niñas de la actividad que están realizando. No obstante, el uso adecuado de las nuevas tecnologías puede ser un gran motivador para el estudio y el aprendizaje.
Convertir a las nuevas tecnologías en aliados
Las nuevas tecnologías son un gran motivador para los más jóvenes. El tiempo que pueden dedicar a su uso puede utilizarse como premio a medida que asumen nuevas responsabilidades en la casa.
Por otro lado, la nuevas tecnologías pueden contribuir en la adaptación de los niños y adolescentes con necesidades educativas especiales a tener una mejor adaptación ya sea familiar, escolar o social. Por lo que promover el uso adecuado es la clave para acceder a sus beneficios.

4 Claves para el uso adecuado

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  1. Las rutinas (sueño, alimentación) no pueden verse afectadas por el uso de las herramientas tecnológicas. Esto quiere decir que los padres tendrás que estar atentos y limitar el uso de estas herramientas por ejemplo mientras se come o cuando el niño se va a su habitación a dormir. Se puede establecer un lugar donde dejar los teléfonos y las tablets a la hora de comer y antes de ir a dormir. Es fundamental que también los adultos lo hagan, dado que son el modelo a seguir para los niños.
  2. Establecer tiempos de uso. Es importante que el uso de estas herramientas los padres establezcan tiempos de usos. No solo porque podemos usarlos como motivador. También porque los niños y adolescentes no siempre son conscientes del tiempo que le dedican.
  3. Fomentar las actividades alternativas. Es fundamental ofrecer y compartir con los hijos actividades alternativas que no impliquen el uso de las nuevas tecnologías. De lo contrario, es como si les hablásemos de algo que ellos no conocen. Como a cualquier persona, probar algo nuevo o distinto les puede costar al principio. Pero hay una gran cantidad de actividades divertidas e interesantes para descubrir en cualquier ciudad.
  4. Uso familiar de las nuevas tecnologías. Es fundamental que los padres se impliquen en el uso que sus hijos hacen de las herramientas tecnológicas. Para ello es necesario pasar tiempo con ellos. Esto nos permitirá descubrir su mundo, superar el desfase tecnológico, conocer a qué dedican el tiempo nuestros hijos y descubrirles a ellos nuevas facetas de nosotros mismos.

Os dejamos una sugerencia para estas fechas: compartir un rato de videojuegos en familia donde ellos sean los maestros y nosotros los aprendices.
Mónica Valverde Salgado
Psicóloga Sanitaria. Codirectora de Valpe Psicólogos

Puedes consultar otros artículos en nuestra sección de Psicología infantil y familiar.

Lee aquí anteriores colaboraciones de Valpe Psicólogos.

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