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Amistad 101

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Amistad 101

“Las verdaderas amistades son eternas”
Cicerón

Ya hace unas cuantas semanas de ello, pero este fin de semana he vuelto por allí y vuelven a mi memoria algunos acontecimientos y recuerdos pasados: la última edición de los 101km de Ronda, en concreto la XX, una edición especial. Una vez más, como en “Espíritu de sacrificio: las verdaderas batallas se libran en el interior“), volvimos a tener en nuestra casa a otros siete locos: algunos repetidores, con más delito y otros, novatos. En ambos casos, durante nuestra cena de la pasta particular, volvimos a rememorar aventuras y desventuras pasadas. Muchas de ellas sólo con escucharlas ya te ponen “los pelos de punta” y te preguntas, pero ¿por qué volvéis a hacerlo? Se trata de ¿un reto personal, una prueba que quieres ponerte, algo a lo que desafiar?
Sólo he estado en cinco ocasiones: siempre como “coche escoba” y como informadora a pie del terreno, pero no deja de sorprenderme un año más lo que la cabeza y el cuerpo son capaces de hacer.
Está claro que cuando hay siete mil quinientos participantes en las diferentes modalidades es por algo. Como también os digo que para organizar esta carrera sólo lo puede hacer La Legión ¡y me descubro ante ellos! Sé lo que es organizar eventos en miniatura (cuatrocientos alumnos) donde participa todo un centro y “¡la que hay que liar!”: falta de coordinación, no nos ponemos de acuerdo, siempre hay alguien que no quiere participar, alguien que sólo ve los fallos… Y aquí, está todo controladísimo: todos van a una. Vi caídas, extenuaciones, vomiteras, agotamientos psíquicos,… y de pronto un legionario, un camión o un jeep. Mis hijas decían: “mamá, ¿lo están vigilando por el aire?” Porque aparecían por todos lados. La información siempre es correctísima: su ayuda es crucial, están continuamente dando ánimos y motivando a los participantes, son cercanos y eso, siempre es de agradecer.
Por si queréis saber algo más de la carrera, os dejo este artículo de El Confidencial, seguro que ahora entenderéis mejor en qué consiste esta prueba:
24 horas dentro de una prueba mítica: así se corren los 101 kilómetros de Ronda
Precisamente de agradecimiento quería hablaros hoy. Sin duda alguna, en esta carrera he visto ya de todo, pero lo que siempre me sigue alucinando son ejemplos de este tipo: amigos que llevan a otros, que tiran de ellos hasta el siguiente puesto; ciclistas, que tras haber hecho la prueba, se ponen sus zapatillas y van hasta el cuartel para llevar a un compañero/a hasta meta; parejas y amigos que siguen la carrera por la aplicación o a través de llamadas y mensajes a los corredores y no se acuestan hasta que entran en meta; amigos que cogen su coche y vienen desde su casa, sin importarles la hora, para ayudar a un compañero y acompañarlo en un tramo de la carrera (volviéndose después de madrugada) y esto, os preguntaréis ¿se da de verdad? Yo lo he visto en varias ocasiones. Sigue asombrándome y emocionándome. A estos benditos locos, porque no sé cómo llamarles de otra manera, ¿cómo se les ocurre? Es decir, este tipo de locura debe tener algún fundamento. Pues tras varios años, puedo deciros que es la amistad; si no, no puedo entenderlo y aún así, me cuesta.
Esta amistad trasciende más allá del peligro, del miedo, de las repercusiones… es otro tipo de hazaña y que como tal deberíamos también reconocerla. ¿Cómo se llega a ese vínculo? Pues está claro que por compañerismo, por el tiempo vivido juntos, por las situaciones compartidas y creo que porque ya has pasado por lo mismo. Porque, de hecho, ahí hay algo que te deja huella.
Cuando contemplo estas situaciones, siempre las llevo a mi campo: la educación. ¿Podríamos educar la amistad? Creo que podemos llegar a intentar que empaticen, pero eso es algo que no se puede forzar. Podemos mostrarles, explicarles, ponerles en situaciones, pero no podemos enseñarles ese sentimiento si ellos no lo han vivido.
Como bien dice José Iribas (@jiribas) en este artículo:
Escoge la gratitud
El dar las gracias es algo que vamos enseñando y que, por mostrar agradecimiento, nos ayuda a intentar conseguir la felicidad de los demás; porque de alguna manera, dicho hecho facilita sentimientos positivos.
Podemos enseñarles a decirlo, a mostrar agradecimiento, a vivir los momentos de otra forma… Pero, ¿deberíamos plantearnos enseñar la amistad en los colegios? ¡Sí, como si fuese una asignatura! Me diréis que con la que está cayendo en Educación, como para meter otra cosa diferente; sin embargo, y en mis clases lo noto, muchos niños no saben establecer este tipo de vínculos: por timidez, por miedo al ridículo, por sentirse diferente… Y sin embargo, es en las etapas de Infantil, Primaria y parte de Secundaria, cuando este tipo de interacciones son fundamentales: así conseguimos las primeras habilidades sociales; para ello es fundamental el juego. Con él aprenden a comunicarse, a vivenciar sus emociones y sentimientos, cooperan, se enfrentan y comienzan a aceptar las primeras reglas. ¡Claro que con los juegos aparecen también las peleas! Y su gestión es fundamental. Deben sentir que su problema es importante y que no lo infravaloramos, si lo hacemos, perderán la confianza en nosotros.
Los niños con la misma facilidad que hacen amigos, se pelean… Y apenas pasan segundos, vuelven a ser los mejores amigos del mundo; pero este devenir es importantísimo porque va a ir formando su carácter y su persona. Fijaos en este artículo tan interesante sobre dicho vínculo:
¿Deberíamos enseñar amistad en las escuelas? Aprender a hacer las paces, tan importante como la tabla del 3
¿ Y qué dicen al respecto los especialistas? Como por ejemplo, los neurociéntíficos: la amistad establece unos lazos positivos y duraderos que son necesarios para el bienestar personal. Este tipo de relación afecta a nuestras funciones fisiológicas, psicológicas y de comportamiento, así nos lo explica el Dr. Facundo Manes en ‘La naturaleza de la amistad’.
Desde la neurociencia nos explican el hallazgo de las neuronas en espejo: se trata de unas neuronas cerebrales que buscan las emociones, las intenciones de la otra persona y al detectarlas reeditan en nuestro cerebro el estado detectado, realizando un contagio emocional; es decir, de alguna forma estarían explicando “el ponerse en la piel del otro”, el hecho de empatizar. Estas situaciones fisiológicas han sido estudiadas entre madres e hijos, matrimonios e incluso entre compañeros. Curiosamente existe una interconexión de la biología y la neurociencia: los enfados o sentimientos de desprecio pueden subir la presión sanguínea, mientras que la comprensión o ayuda, la bajan. Este tipo de situaciones se aprecia claramente, según los estudiosos en situaciones límites: enfermedades graves, situaciones dificultosas de la vida,… Dichos estudios fueron expuestos por el psicólogo Sheldon Cohen en las relaciones de un enfermo con sus familiares y amigos. Y corroborado posteriormente por Daniel Goleman sobre el poder curativo de la amistad.
La amistad es un vínculo claramente relacionado con la felicidad; pero lo que importa es la calidad y no la cantidad. Las relaciones sociales se basan en dedicación, en su cuidado, en la lealtad, en la sinceridad, en establecer conexiones. Nos sentimos bien cuando estamos con ellos. Parece ser que en dicho establecimiento de relaciones interviene la oxitocina, involucrada en las relaciones de confianza y generosidad, en la reducción del miedo social  (está siendo ahora muy estudiada por la neuroeconomía: mecanismos cerebrales en la toma de decisiones financieras) y aumenta la empatía.
Quizás es por todo esto por lo que estos amigos “tan locos” vuelven a por sus compañeros, por sus parejas, por sus amigos,.. porque ese sentimiento trasciende y va más allá; los lleva a convivir esos momentos porque ellos también los han pasado. Es decir, saben la dureza, el sufrimiento y eso les hace ir, correr, volver, tirar y animar a los otros porque ellos también vivieron esas horas, esos esfuerzos y saben lo mal que se pasa. Y que si tienes a alguien al lado, siempre se hace más llevadero. Esa “camaradería”, esa lealtad, esa entrega, debería ser reconocida; es digna de otro ladrillo, de otra medalla. Entiendo que La Legión no puede hacérselas llegar, pero estoy segura que lo sabe. Pero nosotros sí podemos y debemos hacer ese reconocimiento. En mi caso, que lo he vivido y sentido con un grupo de locos particulares que conozco y al que admiro profundamente (@MareaNaranjaRUN), os puedo decir que son dignos de un reconocimiento único porque la AMISTAD, en su caso, alcanza las cotas más altas.
Y estoy segura, ¿qué digo? segurísima de que habrá miles de amigos así, por eso el post de hoy es para ellos. Mil gracias por acompañar a los participantes y a sus familiares. De por sí esta carrera ( su lema ya lo dijo en 2013: “Sufrimiento y Dureza”), es dura para los que la vemos desde fuera, pero vuestros comportamientos, vuestras hazañas, hacen que la llevemos de otra forma. Puede que no la entendamos, pero siempre os estaremos agradecidos.
Como ya os dije, este año se presentaba una edición especial y con ella un libro precioso lleno de superaciones, de crecimiento personal, de situaciones especiales y dignas de elogio. Os dejo el vídeo sobre cómo se hizo:

Yo tengo una preferida porque la viví muy cerquita.
Para terminar no puedo hacerlo sin citar uno de los espíritus que componen el Credo legionario:
Espíritu de AMISTAD: De juramento entre cada dos hombres. El binomio en el combate es fundamental; uno vigila, el otro descansa; uno protege, el otro avanza. Ambos saben que se han prestado juramento.
Quizás si lo llevamos cada uno a un momento de nuestra vida podemos entenderlo y practicarlo. Estoy completamente segura que habéis vivido situaciones, momentos, emociones y sentimientos que nos forjan como personas y hacen que el hecho de saber que hay alguien ahí, nos aporta seguridad y mucha tranquilidad.
Esta vez me ha costado encontrar la película. He visto varias, pero ninguna conseguía reunir las premisas que yo quería; al final me decidí por una de mis favoritas: Intocable. Si no la habéis visto, no sé a qué estáis esperando. Dos personas de dos mundos totalmente diferentes se ven obligados a vivir de forma conjunta. La película no cae en dramatismo, es más, consigue traer más de una vez una sonrisa en situaciones complicadas. Se basa en una historia real y quizás ése sea uno de los argumentos para ponerla aquí.
Esta semana ha sido una semana muy complicada para mí, por motivos que ahora no vienen al caso; pero gracias a mis amigos, he sido capaz de seguir. Así que ¡gracias por estar ahí!
Y a ti, que te siga yendo bonito.
Un abrazo especial.
Maribel B.
@_MaribelBP

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10 Comentarios

  1. Ricardo

    GRACIAS, AMIGA Y AMIGOS.

    Responder
    • La Diversiva

      Muchas gracias a ti, Ricardo, por leerlo.
      Un saludo

      Responder
  2. Paco Eloy

    Muchísimas gracias Maribel.
    Y sabes que, por todo lo que reflejas en la entrada y por más cosas, volveremos a los 101.
    ¿Alguien lo duda?

    Responder
    • La Diversiva

      Hola Paco, desde La Diversiva no lo dudamos, confiamos en tu valía.
      Un saludo

      Responder
  3. Maribel

    Gracias a los dos!
    Lo veis como no tenéis remedio! Es una gran experiencia donde siempre aprendemos y convivimos mucho!!
    Un abrazo a los dos y muchas gracias.

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  4. Salva

    Muy bueno Maribel, he soltado alguna lagrimilla leyendo, y yo si tengo varias de esas medallas de las que hablas y estoy más orgulloso de esas que de los ladrillos que tengo. Y como dice el amigo Paco habrá que volver y la próxima vez más y mejor
    Muchas gracias güapa

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    • La Diversiva

      Nos alegramos que te haya gustado 🙂

      Responder
  5. Francisco Javier

    Me gusta mucho el artículo y son verdades como puños!! Lo puedo certificar como persona , cientounero y caballero legionario

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    • La Diversiva

      ¡Qué bien que te haya gustado! 🙂

      Responder
  6. Maribel

    Muchísimas gracias a los dos!
    Es una prueba en la que la cabeza debe regir y el corazón, tira cuando el cuerpo parece que ha llegado a su límite.
    La primera vez que mi marido la hizo, recuerdo a mis niños calculando el trayecto en coche y nos asustábamos sólo de pensar la distancia.
    Los ladrillos son un gran reconocimiento, pero las situaciones vividas, los amigos del camino, los ánimos de la gente,… Eso no tiene comparación!! De hecho por qué hay tanta gente y por qué tantos repiten son preguntas que sólo se pueden responder desde el sentimiento, desde la emoción.
    A la LEGIÓN, Francisco, mi más profundo reconocimiento y elogio!! Increíble lo que hacen y lo que consiguen ( o hacéis y conseguís). A los participantes daros las gracias por vuestro ejemplo de esfuerzo, de ilusión y por supuesto, de AMISTAD.
    GRACIAS, GRACIAS y GRACIAS!!
    Me alegro que tengas esas ” otras” medallas,Salva, porque personas como tú sois las que nos emocionáis y protagonizáis estas historias que he tenido la grandísima suerte de vivir!!
    Un abrazo a los dos y muchas gracias por participar.
    Me alegro mucho que os haya gustado.

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