Varios estudios apuntan que a medida que las personas envejecen, a menudo pierden la motivación para aprender cosas nuevas o participar en actividades cotidianas. Por tanto, cada vez que cumplimos años, nuestra motivación puede verse minimizada. Si esto lo extrapolamos al ámbito académico, cada vez que aumentamos de curso, incrementan las exigencias, pero del mismo modo disminuyen las motivaciones.
Tener motivación para aprender, es decir, saber que implica cierto esfuerzo y estar dispuesto a realizarlo, es algo que hoy por hoy queda muy lejano. Nos hallamos inmersos en la sociedad del cambio, todo va demasiado deprisa y en los estudios sucede lo mismo. Deseamos en nosotros mismos o en nuestros hijos buenos resultados y tal vez olvidamos lo más importante del estudio que es APRENDER. Pretendemos e inconscientemente así se transmite la transacción de “te cambio estudio por aprobado”. De esta manera se pierde el axioma principal de la motivación en el estudio que es estudiar para APRENDER.
A continuación destaco uno de los argumentos de estudiantes adolescentes o de padres ya agotados de tanto estudiar con los hijos: “eso no sirve para nada”. En la sociedad en la que vivimos estamos expuestos a informaciones y transacciones constantes que son superficiales ¿Por qué asociamos el estudio a ese vacío? Es así como la motivación propia del individuo, la motivación intrínseca, se ve mermada. No estudiamos para aprender si no para aprobar, lo cual nos crea frustración si no aprobamos y por tanto alimentamos más si cabe la desmotivación. Este bucle, multiplíquenlo por la cifra que quieran y obtendrán su propio caso o algún caso cercano o conocido.
Hemos de aceptar que la meta del estudio es aprender, de esta manera alcanzaremos el éxito y mejoraremos la motivación. La motivación no sólo hace posible el aprendizaje; es también esencial para la misma ejecución, es decir, para el proceso de estudio. La realización de algo, con motivación, es un proceso continuo de comportamiento, en el que cada etapa está influida por la anterior, por la siguiente y por el objetivo final que se persigue.
Normalmente lo que nos encontramos antes de iniciar las estrategias en el estudio son, por un lado, estudiantes muy desmotivados que han usado todo tipo de métodos y que desconfían de todo método que sea distinto al que ellos usan (aunque el suyo no les reporte ningún éxito). Además se califican como cansados de estudiar…Para estos estudiantes con mucho cansancio, vamos a proporcionar unos consejos:
– Hemos de optimizar el tiempo, la fatiga es tan elevada que lo recomendable será no estudiar nunca más de una hora seguida, es decir, sin pausa. En el caso de que lleve estudiando tras una sesión de dos o tres horas, introducir una larga pausa de distracción y reposo, además de las pequeñas pausas de uno a cinco minutos que se habrán introducido antes.
– Para reducir el cansancio; por un lado, es bueno alternar siempre las diversas fases del estudio: lectura de orientación general, lectura concentrada, evocación de datos conocidos, discusión (con algún compañero) de puntos oscuros, ejercicios de práctica de técnicas, formulación de resúmenes, etc., y, por otro lado, procure evitar el estudio después de ejercicios físicos pesados, cuando se tiene sueño, hambre, frío, sed, calor excesivo u otras molestias o preocupaciones.
– Para el bienestar físico uno de las recomendaciones será procurar cambiar de postura cada diez o quince minutos y descansar la vista medio minuto en los mismos intervalos, practicar durante las pausas algunas fricciones en la nuca y movimientos rítmicos para desentumecer las extremidades y, por supuesto, no abusar de café o bebidas alcohólicas puesto que es perjudicial, en cambio un baño ligeramente tibio suele mejorar la sensación de cansancio.
Por otro lado, nos topamos con familias que se sientan con sus hijos/as toda la tarde, estudian con ellos y por ellos y les falta hacer los exámenes y piensan que si los dejan estudiar solos todo será un fracaso. Nosotros en este último caso nos preguntamos; ¿no es ya un fracaso que el alumno no se responsabilice de su trabajo y que sean los padres los que sufran con amargura algo que le compete a su hijo y que además es para que aprenda?.
Centro Te Motivan.
Rocío Gómez Carrillo, Psicopedagoga y directora de Te Motivan, centro especializado en Málaga para niños con dificultades y sus familias.