El uso excesivo del móvil y las pantallas implica serias consecuencias en la salud de los niños y niñas, siendo más propensos a desarrollar baja autoestima, depresión, aislamiento social, déficit de atención, fracaso escolar

Según los datos del Observatorio de la Infancia y Adolescencia de Andalucía y del Estudio británico Googlebox, los ciudadanos españoles miramos el móvil unas 150 veces al día, es decir, cada 9 minutos. Lo que muestra una clara dependencia a estos dispositivos en nuestra vida cotidiana. De hecho, el mismo estudio muestra que 4 de cada 10 padres usan el móvil durante las comidas, unos hábitos que pueden ser adquiridos o imitados por nuestros hijos.

Si bien es cierto que esta es la primera generación de padres y madres que están educando a sus hijos en lo digital, sin partir de un ejemplo o referente. Lo que puede crear confusión en los progenitores sobre qué pautas deben seguir para que sus hijos no caigan en el mal uso de las pantallas y que puedan llegar a desenvolverse de manera segura y saludable en el ‘mundo online’.

Es por ello que, desde El Colegio de Médicos de Málaga y, en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga, han lanzado la campaña: ‘Mejor educar que curar’ en la que incluyen una guía con pautas y consejos para las familias para disminuir el uso excesivo de los dispositivos móviles y las pantallas. Desde La Diversiva te traemos algunos de los consejos que incluyen:

Consejos para educar en lo digital de la guía para familias responsables

Cuando los niños entran en la etapa de la adolescencia, éste buscará cierta independencia y cambiarán ciertas dinámicas o rutinas familiares. Es en ese momento en el que comienzan las preguntas sobre qué necesidades hay que cubrir, qué alternativas hay o cómo hago para que se sienta integrado con los niños de su edad.

Alternativas al móvil

Es en ese periodo de adolescencia en el que los padres piensan que es el momento idóneo para darles un teléfono móvil, y hasta ahora era así. Sin embargo, hoy en día contamos con otras alternativas para ir poco a poco educando a los niños. Un ejemplo son los teléfonos sin conexión a Internet o los relojes con llamada, pues les otorgan una cierta independencia y podrán contactar con los padres en cualquier momento.

Aunque, el hecho de que sean los únicos de la clase sin Smartphone, les puede generar presión social, pues querrán sentirse integrados en su grupo. Es por ello que os traemos algunas alternativas para permitir a los niños gestionar el tiempo y uso de las pantallas:

  • Tener un teléfono fijo: les permitirá hablar con sus amigos cuando esté en casa.
  • Utilizar el móvil del padre/madre para comunicarse por WhatsApp: siendo una manera de evitar ese aislamiento social del que hemos hablado antes y realizando una educación del uso de las tecnologías más progresivo.
  • Uso de una tablet u ordenador familiar: lo que permite que estén conectados con sus amigos, a la vez que se establecen unos horarios y espacios de uso. Además, permite controlar el uso que se le da a las redes sociales u otras plataformas.
  • ¿Está preparado para tener un móvil? Cederle un dispositivo antiguo: En caso de que los padres consideren que su hijo/a ya está preparado para comenzar a tener un dispositivo propio, se les puede conceder uno antiguo. De esta manera les quedará claro que es una cesión y que puedan aceptar con mayor facilidad su revisión.

Uso del móvil y límites de tiempo

Ya hemos visto algunas opciones para que los niños entren progresivamente al mundo tecnológico. Pero, ¿qué hacemos en caso que el niño o adolescente ya cuente con un dispositivo móvil?

Para reducir el uso excesivo de los dispositivos móviles y las pantallas podemos recurrir a los siguientes trucos o consejos: 

  • Tiempo de uso de 1 hora diaria y 2 horas diarias durante el finde
  • Contratar una tarifa con pocos datos
  • Antes de conceder el dispositivo instalar un control parental
  • Prohibir su uso en las comidas y antes de dormir
  • Hablar con él para que entienda que es importante para que no afecte a su bienestar

De hecho, según las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría sobre el tiempo de uso de las pantallas, los niños hasta los 2 años no deben entretenerse a través de pantallas; los niños de entre 7 y 12 años una hora de uso y entre los 12 y los 15 años una hora y media. Además, añaden que los adolescentes deben tener sus cuartos libres de televisiones o pantallas.

No todo es tan fácil como parece, si ya de por sí nos cuesta limitar el uso de los teléfonos en un mundo híperconectado, más difícil aún será si el niño o niña ya cuenta con un Smartphone y está comenzando a desarrollar dependencia a las pantallas. Lo primero que debemos hacer en estos casos es hablar con ellos y que comiencen a darse cuenta que están dejando de lado otras actividades como hobbies o actividades deportivas. Podéis proponerles actividades en familia sin móviles, incorporar ciertos elementos analógicos como el despertador cásico en sus rutinas, implementar un aparcamiento de móviles en casa o usar un temporizador de apps.

También es muy importante trabajar la empatía emocional, una manera de hacerles entender que hay una realidad y personas detrás de cada pantalla o usuario en las redes. En España, la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales, establece los 14 años como la edad mínima para contar con una cuenta de redes sociales.

Una edad en la que todavía no son conscientes de cómo repercute los contenidos publicados en las mismas, usuarios con los que interactúan y cómo lo hacen. Ya que pueden ser el blanco fácil del ciberbulling o convertirse en verdugos sin saber realmente qué están haciendo.

¿Cuáles son los efectos de un uso excesivo del teléfono móvil?

El uso excesivo del móvil no solo conlleva problemas de dependencia a las redes, sino que acarrea una serie de problemas que van desde lo físico a lo mental.

Según el Dr. Fontalba, psiquiatra y profesor e investigador de la Universidad de Málaga, aparecen patologías físicas cuando el consumo del móvil en niños es elevado como: ‘trastornos del sueño, obesidad, miopía y/o cansancio visual, dificultad para mantener la atención y menor capacidad cognitiva’. Además, incide en el hecho de que también les afecta a nivel mental, apareciendo complicaciones a la hora de sociabilizar, ‘irritabilidad, depresión, ansiedad o normalización de conductas sexuales de riesgo’, expone Fontalba.

Salud física

  • Trastornos del sueño: El simple hecho de usar el teléfono antes de acostarse interrumpe el sueño ante la necesidad de revisar si tienen mensajes nuevos, ver la hora o meterse en redes sociales ante la incapacidad de dormir.
  • Fatiga visual: los niños comienzan a tener mayores dolores de cabeza, se les resecan los ojos, y aumenta la miopía o el riego de tenerla.
  • Sobrepeso y sedentarismo: comienzan a remplazar las actividades extraescolares, deportes, ocio… por las pantallas y videojuegos.

Salud mental

  • Disminución de las habilidades sociales: los niños no desarrollan empatía por los demás, ni comprenden sus emociones. Lo que les limita a la hora de manejar ciertos conflictos en sus relaciones personales.
  • Depresión: comienzan a experimentar sentimientos de soledad o aislamiento.
  • Ansiedad: ante el exceso de estímulos, las comparaciones sociales (por el físico, bienes materiales…) o mayor riesgo de sufrir bulling.

Desarrollo cognitivo

Ante la inmediatez de los contenidos online, la capacidad de concentración disminuye significativamente. Este problema, que en principio puede pasar desapercibido genera un peor desarrollo en la capacidad de los niños y jóvenes a la hora de resolver problemas, planificar sus tareas, en la memoria… 

Además, al disminuir el tiempo que dedican a otras actividades, el pensamiento crítico aminora. Según la ‘Guía para familias responsables que quieren educar en lo digital’, los estudiantes que no usan el teléfono móvil en clase escriben un 62% más de apuntes y son capaces de anotar más cantidad de información relevante.

Salud sexual y normalización de conductas de riesgo

Vivimos en una sociedad hipersexualizada y las nuevas tecnologías han generado que cada vez los menores accedan a pornografía con muy poca edad. El consumo de estas prácticas se ha proliferado en los niños de 8 años (de media) ante el fácil acceso que tienen de ella.

Lo que hace que normalicen determinadas conductas, como el sexo sin protección o comportamientos sexuales violentos, entre otros. Es por ello que es tan importante hablar con ellos, contarles casos reales y explicarles claramente los riesgos de estas conductas.

Las familias pueden consultar todos los consejos y tips para padres en la ‘Guía para familias responsables que quieren educar en lo digital’ que ha sacado el Colegio de Médicos de Málaga con la colaboración del Ayuntamiento de Málaga. Una guía elaborada por el Dr. Pedro Navarro, presidente del Colegio de Médicos de Málaga; la Dra. María Vidal, vicepresidenta de la Asociación Educación Digital Responsable y neurorradióloga; el Dr. Andrés Fontalba; el psiquiatra Dr. José Miguel Pena y la gerente de la corporación, Cristina Gutiérrez.

Descubre más información sobre actividades familiares en La Diversiva.

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