La pandemia está acabando con mi matrimonio: 6 prácticas para mejorar tu relación

La convivencia en pareja en tiempos de covid está poniendo a prueba las relaciones de una manera nunca antes experimentada.

Después de casi un año del inicio del estado de alarma, sigue existiendo una presión diaria en el hogar por la necesidad de conciliar el trabajo, las tareas domésticas y el cuidado de los niños, sin la posible ayuda de los mayores en muchas ocasiones.

La relación de pareja no escapa a esa tensión que puede provocar falta de entendimiento, problemas sexuales, infidelidades, mala comunicación o discusiones, entre otros comportamientos tóxicos.

La incertidumbre del futuro y la preocupación laboral y económica vivida durante la covid-19 genera también un mayor estrés a nivel personal, lo que repercute en la convivencia forzada y prolongada en casa con la pareja. Es como si estuviéramos descubriendo una nueva faceta “más oscura” de nuestra pareja, como consecuencia del estado de alarma continuo en el que vivimos.

Este estrés se traduce en que los roces en la convivencia diaria han ido haciéndose constantes hasta volverse insoportables y en algunos casos han generado la ruptura del matrimonio.

Decálogo de buenas prácticas 

Consciente del desgate que están sufriendo las parejas a consecuencia de la pandemia, desde Terapia Vivencial Málaga os proponemos trabajar en las siguientes prácticas para mejor vuestra relación sentimental y convivencia:

La comunicación

Si estás bajo estrés o estás irritada/o debes evitar juzgar, criticar o culpar a tu pareja. Lo más beneficioso será escuchar y expresar lo que a ti te hace sentir esa situación de una forma amable y franca.

Por ejemplo, en vez de usar palabras cargadas de agresividad como “estoy harta/o de tus enfados y tus comentarios y siempre me estás pinchando…”, puedes usar una manera más asertiva y decir: “Puedo entender tu enfado y necesito expresarte que tus comentarios me han hecho daño y me gustaría que pudieras hablarme de una manera más cuidadosa”.
Así validamos el estado emocional del otro y a la vez expresamos como nos hace sentir esa situación sin “atacar” al otro sino hablando de cómo nos hace sentir a nosotras/os.

Disponer de tiempo y espacio para uno mismo

Al vivir en el mismo espacio de forma continua, y a veces incluso las 24 horas del día y 7 días a la semana, es imprescindible que la pareja pueda acordar/pactar espacios y tiempo personal para estar a solas con uno mismo. Mientras un miembro de la pareja se hace cargo de las tareas el otro puede estar leyendo un libro, viendo una serie, escuchando música, haciendo ejercicio, atendiendo una llamada por videoconferencia, etc. Y viceversa.

Poner limites

Cada uno tenemos necesidades y deseos distintos y poner límites en las relaciones personales es vital para conservar nuestra autoestima y nuestra dignidad.

A veces, por miedo a perder a nuestra pareja, estamos dispuestas/os a aceptar o justificar conductas impropias del otro aunque nos estén haciendo daño, conducido por nuestra propia inseguridad. Por ello, establecer límites al otro es una manera de respectarse a uno mismo y evitar una relación basada en el apego y la dependencia.

Reír, hacer deporte y mantener relaciones sexuales

Estas tres acciones tienen un mismo factor en común: liberar endorfinas, es decir, son capaces de proporcionar a nuestro organismo hormonas de la felicidad que ayudan a bajar el nivel de estrés y dejan una sensación anímica y corporal muy agradable y de ligereza.

Al vivir en periodo de confinamiento con un incremento del estrés, estas prácticas ayudarán a mejorar tu bienestar y a liberar tensiones.

Conclusión

La relación de pareja es una de las relaciones interpersonales más compleja, al ser el individuo con quien más tiempo convives y más aún en tiempos de covid.

La “nueva normalidad” originada por el coronavirus está poniendo al descubierto nuestros miedos, nuestras inseguridades y carencias, las cuales muchas veces proyectamos en nuestra pareja, creando una relación desequilibrada y distorsionada que acaba creando mucho dolor. Además, la forma con la cual nos relacionamos con nuestra pareja muchas veces está condicionada por el modelo de relación familiar que hemos tenido en la infancia con nuestros padres.

Ante esta situación, trabajar sobre todas estas recomendaciones y acudir a terapia es una buena opción para ayudaros a descubrir en qué aspectos la pareja se ha distanciado y que pasos y movimientos deben darse en cada uno para crear una relación más sana y respetuosa, construida en el Amor-Entrega. 

La figura del terapeuta es indispensable para ayudar a identificar cuáles son los patrones que dificultan la relación de pareja y tomar conciencia de lo que los han provocado, ya que las parejas suelen estar “atrapadas” en sus patrones habituales de comportamiento aprendido.

Ese trabajo terapéutico va a permitir desenredar y esclarecer que mecanismos se han activado en cada uno, que emociones aflictivas se han despertado, y con que están relacionadas.

En definitiva, iniciar un proceso de terapia de pareja con un profesional es una decisión de madurez y de valentía, para quienes quieran transformar el conflicto en una oportunidad para hacer de la relación una fuente de crecimiento, de superación y de aprendizaje, desarrollando un modelo de pareja más amoroso y más feliz.

Miguel Tomé, psicoterapeuta Gestalt & Coach

Artículo elaborado por Miguel Tomé, psicoterapeuta

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