Las bicicletas y los niños son para el verano

Cuando se acerca el final de curso, los padres empezamos a preguntarnos qué hacer con los niños en verano. Son casi tres meses sin clases y son muchas las dudas que nos asaltan. ¿Qué hago con ellos mientras trabajo si sólo tengo un mes de vacaciones? ¿Será bueno que vaya a un campamento? ¿Estará mejor con los abuelos?
Unos por el gusto de ofrecer algo diferente a su hijos, la mayoría por necesidad, pero el caso es que casi todos nos planteamos si será buena idea mandar a nuestros niños o niñas a un campamento de verano.
Hay campamentos de muchos tipos: desde los clásicos en la naturaleza, a los urbanos sólo de día (que cubren el horario escolar, por necesidades de trabajo de los padres). Incluso estos últimos ofrecen la posibilidad de ampliar las horas con comedor y/o aula matinal. Digamos que la oferta de este tipo de actividades es tan variada como cabe imaginar. Existen campamentos donde los niños repasan las materias del curso escolar. Otros van dirigidos a algún deporte en concreto o al deporte en general. Los hay de inmersión lingüística, o directamente en el extranjero, muy útiles para aprender realmente un idioma.
Los campamentos o colonias son una buena opción para los niños y para los padres que necesiten conciliar la vida familiar con la laboral durante el verano.
Consejos antes de decidirnos por un campamento
Mis recomendaciones a la hora de elegir la mejor opción para nuestro hijo o hija son las siguientes.

• Asegurarnos que las actividades que se realizarán son adecuadas a su edad. Si su hijo es demasiado pequeño puede que no pueda realizar la mayoría de las actividades o juegos que hayan preparado para ellos. Y si es mayor que la mayoría de los niños es probable que se desmotive y se aburra por no ir al son de los demás niños.
•  Tan importante como la edad es respetar los gustos del niño. Antes de elegir un campamento, hable con su hijo a cerca de lo que a él le gustaría hacer durante sus vacaciones. Esto te dará pistas sobre dónde tu hijo encajará mejor.
• El curso escolar dura 9 meses por alguna razón, y es pensando en los pequeños. De manera que aprovechar todo el verano para estudiar o repasar asignaturas, lejos de ayudar a nuestro hijo, puede que lo estemos saturando. Es preferible que tenga parte del verano para descansar del cole, desconectar, como hacemos los adultos con nuestras vacaciones del trabajo.
• Siempre que sea posible, yo recomiendo que los niños estén en contacto con la naturaleza. No necesariamente ha de ser un campamento de pernoctar fuera, ni de montar tiendas de campaña, que tampoco es mala idea, sino de buscar la opción que ofrezca actividades al aire libre y en la naturaleza. Ya sea por la ubicación física del sitio o por las excursiones o salidas que organice.
• Uno de los beneficios que ofrecen los campamentos es la posibilidad de interacción social de los niños. Y esto es uno de los motivos que más alienta a los padres a inscribir a sus hijos a un campamento, el hecho de que esté con otros niños de su edad.
• Si es la primera vez que su hijo va a ir a un campamento, es mejor empezar con un periodo corto, una semana o quincena sería suficiente para una primera vez.

Y, sobre todo, si tienes la sensación de que durante el curso ves poco a tu hijo o pasas menos tiempo con él del que te gustaría, no olvides que el verano es una época maravillosa para hacer cosas juntos. A veces, lo que más añora nuestro hijo o hija es estar con sus padres, aprovecha esos momentos para disfrutar de ellos, pues la infancia pasa rápido, antes de que nos demos cuenta, y no siempre lo mejor para ellos está fuera de casa.
Elisa López
Psicóloga infantil y juvenil
10 en Conducta
psicologa@10enconducta.com
Consulta otros artículos de 10 en Conducta en La Diversiva.
Consulta la sección de psicología infantil con otros muchos consejos.