Los cambios físicos y hormonales que se producen durante la adolescencia son enormes. Los desequilibrios que se sufren son inevitables. Lo que podemos hacer como padres es aceptarlos, no culpar a nuestros hijos y sobre todo informarles para que entiendan qué les está pasando y de ese modo ellos mismos se auto-gestionarán con el tiempo.

En un tiempo cambiante como en el que vivimos, los roles de madre o padre son realmente complicados de llevar a cabo. Se necesita formación, pautas, además de mucha paciencia, en una etapa vital en la que se producen muchos cambios. Ralentizar la impulsividad propia de la adolescencia facilitará el desarrollo del menor, favoreciendo así la convivencia y la toma de decisiones.

El siguiente vídeo muestra un herramienta para contrarrestar en la medida de lo posible uno de los principales efectos secundarios de este desarrollo: La impulsividad… mediante la ralentización.


Físicamente se produce una aceleración y desaceleración al final de esta etapa del crecimiento óseo y de los órganos internos, cambios en la composición corporal, los chicos aumentan la talla de los 14 a 15 años mientras que las chicas lo hacen de 12 a 13 años, normalmente .Ellas se desarrollan antes. Y todos ellos de forma desigual.

Primero crecen extremidades inferiores, aumenta el peso, masa muscular y la densidad de hueso. Luego se desarrollan el tronco, brazos y cabeza. Se crea pues una desproporción con consecuencias para la correcta motricidad y aspecto atractivo. Movimientos torpes que tienen como consecuencia nuestro enfado y su inseguridad. “Parece torpe”, es la adaptación de su cerebro a la nueva longitud de sus órganos. Aún están aprendiendo a controlar su cuerpo en crecimiento. Muchos adolescentes sienten vergüenza o incomodidad con los cambios corporales y las nuevas situaciones. Se produce una redistribución de la grasa, sexualizándolos.

Crecenlos órganos internos, aumentando su volumen. Además toman más conciencia de su cuerpo en la pubertad, de forma que se sienten diferentes y a veces no son conscientes, porque no se reconocen o les disgusta su aspecto.

Estos son los cambios más evidentes, sin embargo también se producen cambios hormonales y cerebrales. Hormonalmente se crea una reacción en cadena para su desarrollo y maduración sexual. Los chicos a través de las hormonas FSH y LH—estimulan los espermatozoides— se produce la maduración genital—estimula el crecimiento de vello púbico, facial y axilar. Cambia la voz y aumenta la libido. Los niños crecen hasta más allá de los 24 años. Las chicas mediante hormonas FSH Y LH -estimulan la maduración de los ovarios—se activan las hormonas que maduran la ovulación y el ciclo menstrual; en otra reacción hormonal estimulan el desarrollo mamario, los genitales externos y el útero. Aumenta la grasa corporal, aumenta la velocidad de crecimiento, más hormonas provocan el vello y el crecimiento. Por eso se dice que las niñas dejan de crecer cuando tienen el primer periodo, pero hay muchos casos que aún crecen de 5 a 10 centímetros más adelante. Esta es una de las razones por las que las chicas se relacionan con chicos más mayores, ya que este desarrollo sexual y físico se produce antes que en el género masculino.

Esta revolución hormonal sexual influye en la dopamina, serotonina y otros neurotransmisores que regulan el temperamento y la excitación; esto convierte la adolescencia en una “montaña rusa emocional”. Los chicos aumentan la testosterona y por eso le interesan de repente solo las chicas y los deportes.

La hormona también activa la competitividad y la independencia. Esto también hace que sean más temerarios, ya que tienen más expectativas de beneficio que de riesgo, valorando mayormente los intereses no comunes con sus padres.

Por otro lado seguramente hemos observado que a nuestros hijos adolescentes independientemente de que en su infancia se levantaran temprano o no les cuesta mucho levantarse por las mañanas. Porque la melatonina, hormona que provoca el sueño, se produce en la adolescencia de dos a tres horas más tarde que en el resto de etapas de la vida. En otros países las clases del instituto empiezan más tarde, la entrada a clase se retrasa solo durante este periodo y de este modo se consiguen mejores resultados académicos.

El cerebro en la adolescencia tiene una sensibilidad máxima a la dopamina, esto provoca la necesidad de emociones fuertes, actuando en los circuitos de gratificación.

Se producen cambios emocionales, mentales, psicológicos y sociales en un periodo corto de tiempo. Ellos son hipersensibles a la aprobación, aceptación o rechazo de los demás. Esto se ve influenciado por la dopamina y oxitocina, intensifican su interés por la imagen propia.

La dopamina activa circuitos de gratificación que intervienen en el aprendizaje de pautas y toma de decisiones (por eso aprende rápidamente). Para la consecución de objetivos en la adolescencia es clave la motivación.

En este sentido es importante entender que las motivaciones no son las mismas que en la infancia. Si queremos influir en su comportamiento tenemos que conocer y aceptar sus nuevas motivaciones.

Cerebralmente se produce la optimización.

1- Se produce una ‘poda’ de conexiones que nos fueron útiles en la infancia, y ahora ya hace tiempo que no las utilizamos y por eso parecemos confusos.

2- Se produce un aumento de la velocidad de la transmisión de la señal dada por un aumento de la formación de mielina.

3- Las fibras nerviosas largas que las neuronas utilizan para enviar señales a otras neuronas mejoran gradualmente su aislamiento con una sustancia grasa llamada mielina -la materia blanca del cerebro-, lo que en definitiva puede modificar 100% la velocidad de transmisión de los axiones.

4- Mientras tanto las dentritas -las extensiones ramificadas a través de las cuales las neuronas reciben las señales de los axiones cercanos- se ramifican aún más, sofisticando las sinapsis- los puntos químicos por donde se comunican los axiones y las dentritas–. Cuanto más se utilizan más se fortalecen y mejoran para que la transmisión sea más rápida y sofisticada.

5- Se producen cambios en las conexiones nerviosas y las vías de conexión, el cerebro cambia adaptándose a las necesidades del ambiente. Esto en general, en función del género, también se observan diferencias respecto al orden y ritmo de crecimiento entre chicos y chicas:

Las chicas desarrollan antes la corteza prefrontal que controla el lenguaje, el control del riesgo, la agresividad y la impulsividad. Por eso se dice que maduran antes.

Los chicos maduran antes las regiones del lóbulo inferior pariental para las tareas espaciales. Por eso decimos que los chicos son más infantiles. Y más activos.

6- La torpeza neuronal se explicaría por la carencia de experiencia en general, además de que están aprendiendo a utilizar estas nuevas redes del cerebro. Y esto a su vez explicaría la irritabilidad.

7- La materia gris incrementa su volumen durante la infancia, pero durante la pubertad ésta comienza a disminuir y a adelgazarse, lo cual está correlacionado con el progreso de las habilidades cognitivas o de razonamiento. Los científicos creen que este proceso puede producir un más organizado y eficientemente funcionamiento del cerebro.

8- Hay más conexiones que fortalecen la comunicación entre las regiones del razonamiento y las regiones de las emociones. Y esto explica que tengan reacciones emotivas bruscas, que hasta ahora no tenían. En esta adaptación se producen desequilibrios.

9- Se engrosa el cuerpo calloso que conecta los hemisferios derecho e izquierdo (transporta información esencial para para las funciones cerebrales avanzadas).

10- Los adolescentes desarrollan impulsividad y en ocasiones agresividad porque el desarrollo del celebro se produce de atrás y abajo hacia delante y arriba, el problema es que previamente se desarrolla el sistema límbico, la ‘amígdala’ situada en la zona central-baja del cerebro, y años después la parte prefrontal del cerebro.

El sistema límbico es el responsable de generar conocimiento anticipado en base a una experiencia previa que haya tenido impacto emocional en nosotros. Crea, regula y almacena emociones, que en la medida en que las usemos bien genera aprendizaje.

El papel que la amígdala desempeña es dar respuesta a las emociones, agresiones e instintos y la función de la corteza cerebral prefrontal es frenar los impulsos emocionales, agresivos e instintivos.

La corteza cerebral prefontal se va desarrollando durante la adolescencia terminando el proceso de maduración después de los 20 años (este es un desarrollo que se realiza de forma diferente en cada adolescente). Expresado de una forma más coloquial, es la razón por la que creemos que los adolescentes no piensan lo que hacen. Y de hecho lo filtran por la parte del cerebro que se encarga del control de nuestros actos y la previsión de las consecuencias, pero el prefrontal humano no está desarrollado suficientemente en esa etapa. Esto unido a la necesidad de aceptación, liderazgo del grupo, así como a la novedad y satisfacción inmediata, convierten al adolescente en una ‘bomba de relojería’.

11- Con el tiempo se fortalecen vínculos entre hipocampo -parte del sistema límbico-, una especie de director de memoria, y las áreas frontales que les marcan objetivos y comparación de diferentes planes de acción. Cuando observamos que esto está funcionando es cuando nos damos cuenta de que están madurando.

12- El centro de recompensa en el cerebro, el estriado ventral, está más activo durante la adolescencia que cuando eres adulto.

Nos planteamos pues esta etapa, porque si la naturaleza es sabia este crecimiento se hace de esta forma, trayendo consigo estas consecuencias tan negativas. Y la explicación es que es la única forma de crecer, del mismo modo que se construye una casa en un orden determinado. Si las paredes se tienen que poner antes que el tejado, este desarrollo cerebral es físico, con lo cual deben crecer en un orden determinado las diferentes partes del cerebro, para no entorpecer o impedir el desarrollo de otras partes posteriormente.

1- Primero se desarrollan funciones más primitivas y básicas, como la visión, el movimiento y procesamiento fundamental de datos y después las más elaboradas.

2-Las zonas del cerebro más activas son las mismas que se activan en la esquizofrenia, es el periodo de mayor vulnerabilidad a las enfermedades mentales durante la vida de los seres humanos.

Si a un adolescente que se autolesiona le hiciéramos un encefalograma, descubriríamos que su cerebro se ha reducido.

Encuentra más herramientas e información en el canal de YouTube La adolescencia de mi hijo/a.

Autora de este artículo:
Pilar García Gil
Coach familiar

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