Una experiencia única en la vida que marca a todas las personas que se animan a hacerla, pero que también hace que quieran repetir tarde o temprano. El Camino de Santiago es un acto de peregrinaje que congrega a miles de personas de todas partes del mundo año tras año, un desafío a nivel mental y físico que pone a prueba a cualquiera, pero también, un plan ideal para hacer en familia.
Aunque siempre se piense en actividades tranquilas y relajadas para esto, lo cierto es que el Camino de Santiago es un plan familiar impecable. Por supuesto, depende mucho de la ruta que se escoja, ya que no es lo mismo hacer el Camino de Finisterre, por ejemplo, que el Camino Portugués. Pero, sea cual sea el que se escoja, ofrece una gran cantidad de propuestas a nivel cultural, personal y hasta social que hace que sea perfecto para animarte a hacerlo con tus seres más queridos.
¿Por qué es bueno hacer el Camino de Santiago en familia?
Es cierto que, cuando se hace este camino, se dice que todos los que lo comparten acaban siendo familia al terminar. Y es que las largas jornadas caminando, descubriendo parajes increíbles y compartiendo toda clase de vivencias son algo que acaba estrechando enormemente los lazos de las personas que las viven. Esto, en una familia, no hace más que reforzar las conexiones, hacer que os acerquéis más los unos a los otros y que vuestra confianza mutua salga realmente fortalecida.
Os conoceréis más y mejor mientras disfrutáis de una experiencia cultural única en el mundo. Visitas a pueblos con encanto, a iglesias antiguas, monasterios e incluso disfrutar de vistas únicas. Todas esas situaciones son habituales en cualquier excursión que pudierais hacer, pero aquí tienen un toque especial fruto del esfuerzo que supone hacer todo el recorrido a pie día tras día.
Caminar en compañía es una forma de reforzar vínculos. Creáis recuerdos imperecederos, colaboráis y os ayudáis, y eso hace que os unáis mucho más. Además, hay caminos en los que el contacto con la naturaleza es constante, lo que lleva a una situación de bienestar emocional, paz y tranquilidad que invita a ver el mundo de otra manera, a conoceros desde otra perspectiva que os unirá más que nunca. Una buena forma de comprobarlo es con el Camino del Norte, tan famoso por los preciosos parajes que deja la geografía española en esas regiones.
Al igual que otros viajes de senderismo, el Camino es una experiencia que invita a hacer ejercicio físico, a aprender descubriendo la flora y fauna de los sitios que se recorren o incluso las costumbres de los pueblos que se visitan, lleva a conocer nuevas personas de todas partes del mundo y, por supuesto, a reforzar la sensación de superación y de logro al afrontar desafíos. Sin duda, es una experiencia que, pasada por el filtro familiar, resulta única y más que recomendable. Una muy buena forma de hacer algo distinto con tus seres queridos y de estar más unidos que nunca.