A menudo, las mujeres hablan de su parto como una experiencia negativa y traumática. Realmente debería ser algo muy especial, el momento más hermoso y en el que más poderosas y protagonistas deberían sentirse. Están trayendo una nueva vida al mundo y están naciendo ellas mismas como madres.
Cuando di a luz a mi primera hija me sentí muy sola a pesar de estar rodeada de familiares, amigos y personal sanitario que se preocupaban y velaban por mí. Fue una experiencia dura en la que sentí que no pude tomar ninguna decisión sobre mi cuerpo ni el de mi hija. Esto no se quedó en el paritorio, ya que es algo que me marcó y que he tardado un tiempo en ir sanando. Ahora sé que las cosas podían haberse hecho de otra forma.
En el puerperio, me sentí perdida. Todo el mundo me había hablado de lo bonito de la maternidad pero nadie me había preparado ni prevenido de los problemas emocionales que pueden aparecer. Tampoco de cómo te puedes llegar a sentir con ese cóctel de hormonas que invade tu cuerpo y tu mente. Tenía que enfrentarme a los consejos y las experiencias no pedidos, muchas veces opuestos o contradictorios, aunque fuesen bien intencionados. Entonces pensé que el tener al lado a una persona objetiva, sin la implicación sentimental que me ofrecía la familia podía haberme ayudado mucho mejor.
En mi segundo embarazo me sentía mucho mas experimentada y segura de mí misma como mujer y madre. Fue entonces cuando buscando información descubrí la palabra “doula”. Desde ese momento, esa palabra se fue haciendo hueco y estaba más presente en mis pensamientos. Hasta que pasado un tiempo decidí hacerla parte de mi vida y elegí este camino, que más que un trabajo, considero un estilo de vida lleno de amor y compromiso.
Antiguamente, la maternidad se vivía y se compartía desde la infancia. Cuando se producían embarazos, nacimientos, crianzas… se realizaban en comunidad, de forma que se compartían experiencias y conocimientos. Esto hacía que las mujeres conociesen el proceso y se sintiesen más seguras, acompañadas y sostenidas por otras mujeres experimentadas.
En la actualidad hemos ido perdiendo ese vínculo con la comunidad, de forma que se descarga toda la responsabilidad del embarazo, parto y crianza al personal sanitario, que cumple con sus funciones médicas, pero que debido al sistema actual, no puede ofrecer acompañamiento emocional.
La palabra doula es de origen griego y significa “sirvienta”. Se piensa que esta figura ha estado siempre presente en los partos, pero no es hasta los años 70, a partir de un estudio realizado por dos médicos en Guatemala, cuando se le pone nombre y se le incluye de forma oficial en el sistema.
A diferencia de otros países, actualmente en España la doula no es una figura reconocida ni reglada. Los colectivos de doulas en nuestro país buscan cambiar esta situación para evitar este vacío legal y establecer unos criterios y unas responsabilidades concretas.
Por eso, en España, las mujeres que deseen ser acompañadas por una doula tienen que buscarla fuera del sistema sanitario.
Según diferentes estudios, contar con una doula puede proporcionar muchos beneficios:
– 50% reducción de cesáreas
– 25% parto más corto
– 60% menos peticiones de anestesia epidural
– 40% menos uso de oxitocina sintética
– 30% menos de uso de analgésicos
– 40% menos expulsivos instrumentalizados
– mejora el vínculo padres-bebé
– menos problemas de lactancia
– mejor incidencia de depresión posparto
Frecuentemente, se ha asociado a la doula con el parto en casa, aunque la realidad es que la doula acompaña a la mujer donde ésta decida dar a luz. Puede ser en el hospital, en una clínica o en su domicilio. El parto debe ser atendido siempre por el personal cualificado, mientras que la doula trabajará para que la mujer viva una maternidad consciente y plena.
La labor de la doula comienza en el embarazo. En esta etapa, ambas partes crearan un vínculo para que el trabajo se desarrolle de forma personal. En las distintas visitas la doula ofrecerá las herramientas necesarias para resolver dudas y miedos que puedan aparecer. Aportará la información actualizada, objetiva y veraz que la madre necesite con la finalidad de que se sienta segura y preparada para el momento del parto. Trabajarán para que la madre conozca la naturaleza de su cuerpo y el proceso que está viviendo.
Durante el parto, la doula ofrece apoyo emocional a la pareja. También velará porque el ambiente sea agradable ( luz tenue, música, temperatura adecuada…) y cuidará la intimidad de la mujer. Se preocupará de que se cumplan los deseos de la madre en la medida de lo posible.
En el posparto, la doula ayudará a establecer el vínculo entre los padres y el bebé. Facilitará el establecimiento temprano de la lactancia materna. Puede ofrecer no solo apoyo emocional sino también físico, de manera que liberará de cargas a la mujer para que ésta pueda ocuparse del bebé.
Considero importante mencionar que las doulas también acompañamos en maternidad adoptiva, en situaciones de infertilidad o cuando las cosas no salen bien y la familia tiene que enfrentarse al duelo que conlleva la perdida de su bebé.
Es difícil explicar toda la labor que puede llevar a cabo una doula, ya que cada mujer es única y como tal tendrá necesidades propias. En definitiva, la doula estará a disposición de la familia de una forma discreta pero eficaz, delegando a profesionales cuando la situación lo requiera, apoyando decisiones sin juzgar y acompañando con amor hasta donde se solicite su presencia.
Desde mis vivencias puedo contar que las sensaciones al realizar mi tarea me han compensado enormemente el tiempo dedicado y la incomprensión social a la que a veces me enfrento.
Agradezco a la vida cada día el haber puesto en mi camino a las mamás y bebés que he acompañado, a las personas que me ofrecieron su sabiduría y confiaron en mí para formarme (ginecólogos, matronas, terapéutas, doulas…) y por supuesto a mi compañero, “doulo” de mi día a día, por confiar en mí y darme el empujoncito que necesitaba para sumergirme en esta aventura.
Soy muy feliz con esta elección y puedo decir con una sonrisa y con orgullo que soy doula.
Carmen Gaitán
Carmengaitandoula@gmail.com
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Que bonito amiga y cuanta razón tienes. Desde que comienza el embarazo e incluso desde antes surgen muchísimas dudas,miedos,nervios y tener a una persona que te ayude y comprenda es tan importante.
la labor de un o una doula es muy beneficioso y ojalá todas pudiéramos contar como alguien como tú
Gracias Azahara por tu comentario.
Me alegra mucho saber que hay mujeres que piensan así.
Un abrazo.
Excelente artículo. La necesidad de compañía, amor y respeto que precisan las mujeres durante la gestación y el parto son múltiples. Sentir, además, que puedes tener a tu lado, una “doula”, me parece esencial.
Gracias Pilar.
Si que es maravilloso tener cerca a las personas adecuadas.
Un beso.