La merienda es importante para que los peques mantengan una alimentación adecuada, obteniendo un 15% de su energía diaria y permitiendo tomar energía para finalizar el día. Además, una buena merienda puede ayudar a prevenir el sobrepeso. Por otra parte, las meriendas no deben contener grandes cantidades de comida para evitar un exceso de calorías y que los niños y niñas lleguen con apetito a la hora de la cena.
Así, podríamos seguir el siguiente plan semanal de meriendas:
– Los lunes un yogur natural con cereales o una pera.
– Los martes un bizcocho casero o una manzana.
– Los miércoles un batido de frutas o galletas.
– Los jueves un bocadillo de queso fresco o un plátano.
– Los viernes una brocheta de fruta o un yogur.
– Los sábados un sándwich de jamón y queso o un kiwi.
– Los domingos una mandarina. La fruta debe ser una parte fundamental en la alimentación de los más pequeños.
Qué evitar en las meriendas
Requiere evitar en nuestra alimentación la bollería industrial debido a su alto contenido en grasas trans, vinculándose con la subida de peso y las enfermedades cardiovasculares.
También debemos eludir las bebidas azucaradas con los zumos envasados y los refrescos, ya que el azúcar puede provocar hiperactividad, la aparición de caries y enfermedades como la diabetes.
Otro alimento con el que debemos tener cuidado es con los embutidos y los productos lácteos industriales como flanes, natillas, cuajadas o batidos, contribuyendo estos al incremento de peso.