Los animales duermen a diferentes horas del día. Al igual que los humanos, muchos son diurnos, más activos durante el día y duermen más por la noche. Otros animales son nocturnos, Suelen dormir durante el día y activarse por la noche. E incluso hay algunos que son ‘crepusculares’, es decir, son más activos en la puesta del sol o en el amanecer.

Los animales duermen también en una variedad de lugares como bosques, desiertos, pastizales y humedales. Y en ellos, en la tierra, sobre y en el agua o en los árboles

Gatos y perros domésticos duermen por todas partes. Un gran depredador como el león duerme donde quiere. Pero muchos animales prefieren dormir en un lugar escondido donde refugiarse de la lluvia, el viento, la nieve, el calor y protección contra los depredadores.

Orangutanes: una cama para cada noche

Diariamente los orangutanes construyen sus nidos. Estructuras seguras en el dosel del bosque hechas con una recopilación de las ramas y hojas que les rodean. Estos grandes primates están considerados expertos ingenieros a la hora de levantar sus nidos.

Estas camas deben ser cómodas y flexibles en el interior. Con ramas verdes y finas tejen la base y posicionan las más gruesas en el exterior. A pesar de este laborioso trabajo, estos animales no duermen dos noches seguidas en el mismo sitio, aunque sí pueden reutilizar nidos abandonados por otros orangutanes.

Flamencos: equilibrio y relajación

Los flamencos descansan de pie y sobre una sola pata que van alternando casi sin darse cuenta, mientras duermen profundamente. Esto es posible gracias a las dos principales articulaciones con las que cuenta su pata: la rodilla y el tobillo. El perfecto anclaje en el momento del sueño de estas uniones, permite que descansen sus músculos y se relajen sin caer.

Lo que las personas consideramos una postura de yoga un poco engorrosa, los flamencos la consideran la posición más cómoda para dormir.

Leopardos: duermen ‘a pierna suelta’

Después de una gran jornada de caza en la que es posible alcanzar más de 50 kilómetros por hora, no son necesarias muchas comodidades para caer rendido. Y esto es lo que le ocurre al leopardo.

Este gran felino pasa la mayor parte de su día en los árboles. Explora en ellos, lleva a sus presas a las ramas para que los carroñeros no lleguen a ella y, por supuesto, también descansa estos leños. Un buen tronco puede ser perfecto para reposar la comida y dormir plácidamente hasta que llegue el momento de una nueva caza.

Tigres: cualquier lugar y cualquier postura

Este gran depredador puede dormir hasta 18 horas al día y no necesariamente tiene un lugar fijo en el que hacerlo, al igual que su postura. Boca arriba con las cuatro patas en el aire, de lado o boca abajo, apoyado entre ellos e incluso en los troncos de los árboles.

Además, en su día a día, son comunes los bostezos, no porque sea el momento de dormir si no porque con esta acción aportan oxígeno a su cuerpo y su celebro se pone en alerta para mantenerse despierto y que continúa su caza.

Lémur cola anillada: Juntitos mejor

Estos pequeños primates de largas colas con anillas blancas y negras suelen dormir en pequeños grupos, pegados unos a los otros, una buena forma de darse calor en plena selva. Aunque también es común verlos en las copas de las palmeras. Y es que las hojas secas que van cayendo en su tronco y de acumulan bajo las verdes, es un lugar perfecto para refugiarse en plena noche. Para los lémures supone una cama ideal donde tener dulces sueños.

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