Perder a una persona querida es un momento doloroso y abrumador para cualquiera. Pero se complica, aún más, con el duelo en los niños cuando fallece un ser querido. Por un lado, los adultos atravesamos un momento difícil y afrontamos nuestro propio duelo, junto con los diferentes trámites que estas situaciones exigen, el cansancio y la tensión que acompañan a la muerte de un ser querido. Pero, por otro lado, debemos transmitir a nuestros pequeños la noticia del fallecimiento y acompañarlos en el proceso de decir adiós.

Para ello no existen fórmulas mágicas y cada familia y circunstancias son únicas. En cambio, sí se pueden tener en cuenta una serie de sugerencias que pueden ayudar. Uno de los momentos en los que asaltan más dudas es decidir cómo y cuándo dar la noticia. Los niños y niñas son sensibles a los cambios de su alrededor. Quizás no sepan qué está pasando, pero sí se han dado cuenta de que algo ha cambiado.

En función de la edad van a buscar sus propias estrategias para encontrar respuestas: desde confrontar al adulto, completar la falta de información con sus propias fantasías o manifestar comportamientos inusuales. En estos momentos debemos ser sinceros y mantener la calma, adecuando la noticia a su capacidad de comprensión.

El proceso de duelo

El proceso de duelo requiere tiempo para expresar las emociones que provoca y tiempo para aceptar la idea de lo que supone un fallecimiento. Debemos respetar estos tiempos, pues cada niño irá marcando los suyos, y normalizar los sentimientos negativos. Ante una situación como es el fallecimiento de un ser querido es normal que aparezcan sentimientos de enfado y tristeza o confusión. Es importante validar las emociones y llamar a las cosas por su nombre, tanto las de los niños como las propias, aceptarles y no ocultar que estamos tristes o incluso no sabemos qué hacer en determinados momentos. Esto les ayuda a entender que se trata de un proceso normal.

En este sentido, también es muy importante dejar estar determinadas emociones: si está triste, dejar que sencillamente esté triste, sin buscar soluciones o arreglos un tanto forzados. El malestar y la confusión que se crean cuando muere una persona cercana son comprensibles, esperables y la persona irá habituándose a su nueva realidad; sin embargo, hay ciertos indicadores de que nuestro pequeño necesita ayuda para superar su dolor. Estos pueden ser:

-El malestar persiste más allá de los seis meses o que es muy intenso

-Pesadillas.

-Irritabilidad, ira y mal humor.

-Falta de concentración, falta de apetito o de sueño.

-Problemas de comportamiento continuos.

-En niños pequeños, regresión persistente a un comportamiento anterior (como aferrarse a los padres y madres), orinarse en la cama o chuparse el dedo, dificultad para dormir, desapego o apartarse de los demás, ansiedad, depresión continua o pensamientos suicidas.

En estos casos, en ocasiones será necesario buscar ayuda profesional.

Existen numerosos recursos en forma de películas y cuentos que pueden ser de ayuda para el duelo en los niños cuando fallece un ser querido. Para dar respuesta a estas necesidades, he escrito un cuento para el duelo en los niños llamado “El bosque de las setas”, disponible en Amazon.

Macarena Requena Cuerva, psicóloga educativa y psicopedagoga.
macarena.psicologa

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