¡Bienvenidos!
Empieza un nuevo curso y como cada septiembre llega cargado de nuevas posibilidades. Este año me gustaría haceros algunas recomendaciones para afrontar el inicio y su transcurso. Es verdad que con la llegada de este mes, los padres nos ponemos más nerviosos: las compras de material escolar, se llenan las papelerías, las colas de las grandes superficies… Y por otra parte, vuelven los madrugones, el ” todavía es temprano, no me quiero ir a la cama”, los nervios de los primeros días y ¿con quién le va a tocar?
Por todo ello, es importante que aunemos nuestros esfuerzos y vayamos en un sólo sentido todos: alumnado, familias y maestros.
¿Qué cambios podemos introducir para hacer más llevadero este inicio?:
1. Los madrugones: es cierto que durante el verano es necesario cambiar nuestras rutinas, los horarios… pero ahora es crucial volver con ellos, ya que garantizan un descanso fundamental para la actividad matutina del niño. Para llevarlo a la práctica hay que hacerlo gradualmente. En mi caso desde finales de agosto comienzo a acercar la hora al horario habitual del curso: así que cada día vamos acortando en minutos la hora de acostarnos y levantarnos. Evidentemente esto tiene su fase de explicación y consenso.
2. En estos primeros días deberíamos preparar con antelación el material: según la edad, lo haremos nosotros, compartiendo la actividad con ellos o ellos solos. Es cierto que a todos nos hace mucha ilusión estrenar, pero si tenemos materiales del curso pasado que están bien, siempre podemos seguir empleándolos: reutilizar y reciclar. No hay nada de negativo en usar cosas ya empleadas por otros o por ellos mismos, además siempre podemos ‘tunearlas’. ¿ Os atrevéis? Puede ser divertida una tarde de manualidades caseras.
3. Su habitación: es importante que tenga su sitio para estudiar o trabajar. La luz, los materiales, la mesa, una silla adecuada… esas cosas que tan bien sabemos, podemos prepararlas con ellos. Así, poco a poco, vamos iniciando ese trabajo posterior. Incluso, elaborar un horario chulo, hay miles descargables y totalmente gratuitos en muchos blogs o de diferentes páginas webs. Incluso que ellos mismos lo creen. Quien dice un horario, dice una agenda o un tablero para colocar sus anotaciones.
4. Debemos ir preparándolos psicológicamente para el curso: ver con ellos los libros, motivarlos, decirles cuántas cosas nuevas van a aprender, explicarles la importancia de los estudios, hablarles del sacrificio y sobre los errores. Cada vez, por nuestros horarios, hablamos menos con nuestros hijos: se encierran en sus cuartos, cogen las tabletas, los ordenadores… y ahí pasan casi todo el día. Deberíamos dedicar algún tiempo a conocer sus gustos, sus pensamientos, sus ilusiones y sus miedos, haciéndoles partícipes de los nuestros.
Quizás en este apartado deberíamos incluir el uso y el abuso de los medios tecnológicos: el ordenador y la tele, su ubicación, los horarios de los móviles y/o tabletas… Cada edad precisa lo suyo. No adelantemos etapas, la velocidad en estos aspectos no siempre es buena consejera. Dejémosles ser niños y ayudémoslos a que crezcan sanos y seguros.
5. ¡Cuidado con las extraescolares! Los niños necesitan de ellas, pero no debemos sobrecargarlos. Atención a los horarios, a los gustos y quizás tengáis que llegar a diferentes acuerdos, sobre todo, si son varios hermanos.
6. Responsabilizar a los niños de alguna tarea doméstica: está claro que llega el colegio, pero según su edad pueden y deben realizar alguna actividad en la casa. En el blog ya hemos hablado varias veces de la importancia de crear esa obligación y esa responsabilidad. Os dejo este cuadro por si os sirve de ayuda:
Pero esto no debería ser por el inicio de curso, sino más bien para crear esa responsabilidad. Al igual que responsabilizarlos de sus tareas y diferentes actividades del colegio. Si queremos niños autónomos no debemos ser su agenda particular, no podemos hacerle los ejercicios, no puedo recurrir al whatsapp de forma continuada… Es difícil, pero no imposible. Tenemos que dejar de sobre protegerlos.
7. Respecto al estudio y trabajo diario: dependiendo de la edad, es importante que aprenda a trabajar y no sólo hablo de memorizar, sino aprender a hacer resúmenes, realizar esquemas, etc. Y para hacerlo deberá ir progresivamente dedicándole tiempo. Es importante que empiece por planificarse el tiempo, comenzar con las tareas más complicadas, hacer descansos paulatinos, realizar sus propias fichas, ser organizado en el trabajo, etc.
8. Os pediría mucha paciencia y diálogo: hablad con ellos, contadle vuestras experiencias en el colegio, animadlos para ese futuro que tienen ante sí, preguntadles sobre sus amistades, sobre los maestros, las asignaturas, etc, e intentad coordinaros con nosotros. Muchas veces nos falta información y si estuvierais un poco más cercanos, la enseñanza sería más útil y eficaz en todos los sentidos.
9. Este consejo es para mis compañeros, para los maestros: ¡ILUSIÓN! Tenemos muy buenos profesores y muy bien preparados. Les pediría que motivásemos a nuestros alumnos, que cuidásemos la presentación de las clases, de las asignaturas, que ayudásemos al grupo, a su cohesión, que desarrollemos el esfuerzo, el talento, que preparemos para el fracaso, que fortalezcamos la autonomía y la capacidad de formación. Respecto al fracaso, quiero que me entendáis bien: una mala nota es un número que siempre podemos modificar, cambiar o transformar, pero no deben hundirse a la primera de cambio.
Os dejo una foto de un cartel de un blog que sigo, el de Manu Velasco (@Manu_Velasco)
10. Y para ahora y siempre, que lean. La importancia de motivarlos para que lo hagan y descubran las maravillosas de historias y mundos mágicos que hay en los cuentos y en los libros. Ya sé que cuesta trabajo pero siempre podemos hacer y/o preparar un teatro, o una lectura compartida o cambiar las voces, incluso regalar un libro para leer en familia. De todas formas es muy importante que también lo vean en casa.
Leía hace unas semanas que se puede preparar el cerebro para la felicidad. Sé que para muchos de nuestros niños el colegio y la felicidad son antónimos; sin embargo, no debería ser así. De todas formas podemos motivarlos, ayudarlos, animarlos, valorar su esfuerzo… Aunque seamos realistas, todo va a depender en un alto porcentaje de su actitud. La pregunta es ¿seremos capaces de transformar la actitud de nuestros hijos y/o alumnos? Seguro que sí.
Mucho ánimo y os deseo un feliz y maravilloso curso.
Que os vaya bonito.
Maribel B.
@Maribel_BP
Descubre otros artículos de colaboración en la sección de Maribel B. en La Diversiva
Descubre otros consejos y artículos interesantes sobre la formación de nuestros peques en el blog de Educación de La Diversiva.
al final no deja de ser una obligación más que como todos tenemos, niños o adultos y hay q vivirlo en positivo y responsabilidad