Descubre cómo puedes evitar ahogamientos y accidentes cuando visites playas, piscinas o lagos junto a niños

Las playas, piscinas y aguas interiores (ríos, pantanos, lagunas…) son espacios para compartir, disfrutar y aliviar el calor en familia. Pero estos lugares también tienen ciertos riesgos. A continuación, puede descubrir algunas recomendaciones con las que prevenir accidentes y ahogamientos cuando visites estos lugares junto a los más pequeños de la casa.

Casi 400 personas (394) fallecieron en los espacios acuáticos españoles en 2022 y 56 de estas muertes se registraron en Andalucía. La playa es el escenario donde tiene lugar el mayor número de muertes por ahogamientos, seguida de ríos y piscinas. Además, la mayoría de ellas se producen en lugares sin vigilancia, tal y como recoge el Informe Nacional de Ahogamientos que publica la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS).

En lo que llevamos de año esta estadística continúa siendo terrible, es por ello que el servicio de Emergencias 112 de la Junta de Andalucía ha lanzado la campaña ‘Cero Ahogados’, con el objetivo de prevenir accidentes en el medio acuático este verano y dar a conocer a la población las principales líneas de actuación que evitar sustos en playas, piscinas o lagos.

La campaña de concienciación se basa en tres premisas: la vigilancia, que deben establecer los adultos con los más pequeños y vulnerables; la precaución, que no está reñida con la diversión; y el respeto que hay que mantener en playas, piscinas y aguas interiores en este medio, cuyas condiciones a veces son cambiantes y pueden generar riesgos.

Vigilancia a los más pequeños

El ahogamiento es una de las principales causas de mortalidad infantil, por lo que desde el 112 recomiendan que los niños aprendan a nadar cuanto antes. Además, la guía establece otras pautas. La vigilancia a la hora del baño de los más pequeños es la clave.

Establecer turnos con la pareja, familiares o personas responsables adultas; mirar como mínimo cada diez segundos a los pequeños; situarse en un lugar desde el que no se tarde más de 20 segundos en auxiliar a los niños en caso necesario o instalar elementos que sirvan como barrera en piscinas son algunos de los consejos a seguir.

Además, se recomienda enseñar a los niños a entrar en el agua despacito y mojándose antes muñecas, brazos y nuca, ya que las comilonas y los cambios de temperaturas bruscos pueden provocar choques térmicos. Un consejo extensible también a los adultos y especialmente en los días de mayor calor o tras la exposición prolongada al sol.

Ningún dispositivo puede sustituir tu supervisión

Vigila siempre el baño de los más pequeños y no los dejes solos nunca. Establece turnos con tu pareja, familiares o personas responsables adultas para no perderlos de vista en ningún momento.

Enseñar a nadar cuanto antes a los peques y, mientras lo consiguen, que aprendan al menos a flotar y a mantenerse a salvo puede ayudar a reducir el riesgo de este tipo de situaciones.

Recuerda la Norma del 10/20 como una referencia práctica para vigilar a niños y niñas de manera efectiva. Mira a la piscina como mínimo cada diez segundos y sitúate en un lugar desde el que no tardes más de 20 segundos en auxiliarles en caso necesario.

Alejar juguetes y elementos llamativos de la zona de baño es útil para evitar caídas accidentales. En viviendas particulares en las que habiten bebés y/o menores y haya piscina, es esencial la instalación de vallas, cobertores y alarmas de piscina.

Enseña a tus peques a guiarse con puntos de referencia y acuerda un punto de encuentro, alejado del agua, por si se pierden en alguna visita a la playa, lago o cualquier otro agua interior.

Flotador, manguitos, burbujas, hinchables, etc. Hay muchas opciones, pero lo más seguro es el chaleco. Además, el ‘material’ más fiable para la seguridad en el agua del peque son los brazos de la persona a su cargo.

La educación que reciban niños y niñas en esta materia puede ser determinante. Conociendo medidas de prevención y seguridad hay más opciones de reducir situaciones de riesgo. Enséñales a respetar a los socorristas y recuérdales que no sustituyen tu vigilancia, sino que están para rescatar y hacer cumplir las normas. Hacer una llamada de emergencia al 112 es sencillo, si le muestras cómo hacerlo, ellos también podrán salvar vidas.

En el siguiente enlace tienes la guía didáctica de la Junta de Andalucía para evitar accidentes y ahogamientos.

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