Mahatma Showroom está de celebración: este negocio local de Málaga cumple una década de juguetes creativos y arquitectura. Se trata de un espacio cultural en el que se han realizado varias actividades a lo largo de estos 10 años. Exposiciones, asambleas, teatro, microactuaciones, talleres de arquitectura para niños y niñas y, sobre todo, su pilar fundamental: el juguete creativo.
El juguete creativo intenta transmitir unos valores más allá del juego. El gerente de este espacio, Pablo García, explica que su intención es que estos juguetes estimulen la relación entre el cerebro y el cuerpo de los niños. Intentan que la parte cultural y de desarrollo emocional de los peques se potencie a través de estos. Además, son productos no violentos y no sexistas.
Está dirigido a personas con edades de 0 a 99 años. Tienen juguetes para recién nacidos -ligados al dormir y al sonido o al tacto- y evolucionan hasta los destinados a las de 99 años. Se entiende por juguete hasta los 8 años y, a partir de ahí, se pasa a los juegos de mesa, que cada vez tienen más demanda.
El balance de estos 10 años es “muy positivo”, aunque los comienzos son “delicados”. La pandemia afectó a la juguetería porque fueron meses “muy complejos”, pero tuvieron el apoyo de la gente del barrio en cuanto volvieron a abrir las puertas.
Juguetes creativos
Los juguetes creativos están hechos de muchos materiales. El principal es la madera, pero también hay muchos de cartón reciclado y de bambú. La mayoría son materiales naturales o reciclados. “Para nosotros es muy importante la sostenibilidad y el medioambiente”, señala Pablo. Están evolucionando porque se crean más productos y hay más profesionalidad en el sector.
Para los menores de 3 años son más delicados porque tienen muchas medidas de seguridad y de control, pero cada vez invierten más porque es una etapa en la que se trabajan muchos aspectos. Para los niños y niñas de mediana edad, el juego se enfoca a los valores de ecología y trabajan las emociones. Pese a ser algo todavía no muy conocido frente a los convencionales, estos juguetes tienen un precio igual o inferior.
Por otro lado, van a empezar a crear juegos de memoria para mayores de 65 años, ya que son los propios clientes los que lo han pedido. Además, Mahatma Showroom, como pequeño comercio, personaliza los servicios y hace encargos, ya que trabaja con más de 50 marcas comerciales.
Lo analógico frente a lo digital
Este negocio no tiene juguetes ligados a lo digital, sino que presentan una alternativa. Pablo García defiende que lo analógico es “intergeneracional y cansa menos la vista” y que puede convivir con lo digital de muchas maneras. También que el juego refleja cómo evoluciona la sociedad y es pionero en esos aspectos. Además, indica que lo analógico enriquece como seres humanos en circunstancias que no consigue la tecnología.
Los diagnósticos de problemas o dificultades en el desarrollo, psicomotrices o de memoria en niños es cada vez más precoz y especializado. Hay juguetes adaptados a circunstancias personales de cada niño para potenciar y conseguir pequeños objetivos y que vayan mejorando. Existen juegos de cartas que son “muy novedosos” y ocupan el mismo espacio que un móvil. Es una alternativa para que los peques no estén mirando la pantalla de forma constante.
Talleres para niños en Mahatma Showroom
Mahatma Showroom también ofrece talleres de arquitectura para los niños y niñas en el espacio llamado Mahatma Liliput. Se trata de una apuesta educativa dirigida a menores de entre 3 y 12 años. Esta iniciativa pretende que exploren el entorno, compartan experiencias y eduquen la mirada a través de juegos creativos relacionados con la arquitectura.
Los niños y niñas aprenden los conceptos básicos relacionados con la arquitectura para hablar del mundo y de sus formas de habitar, así como las características de las ciudades y sus peculiaridades. Estos talleres se imparten en los centros educativos.
Mahatma Showroom es un proyecto de Mahatma Arquitectos, un estudio cuyo factor diferencial es que buscan la participación ciudadana en la arquitectura. Gracias a esta filosofía surgió la posibilidad de explorar otras líneas más didácticas y cercanas a la sociedad.